Muchos de los clientes – y sobre todo clientas – de nuestros sexshops que desean iniciarse en el sexo anal tienen la misma preocupación: la limpieza de la zona antes de tener relaciones sexuales con penetración anal.
Lo primero que tenemos que saber es que las heces no quedan alojadas en el recto y el ano hasta que las expulsamos, sino que están en el colon sigmoide, parte del intestino grueso situada más arriba. Entre el colon sigmoide y el recto hay un pequeño músculo que evita que las heces lleguen al recto y al ano hasta que sea el momento de defecar.
Por ello hemos de tener en cuenta que no debería haber rastro de heces mientras practiquemos penetración anal. Salvo que estemos hablando de prácticas tipo fisting o con penes de gran tamaño.
Las lavativas o enemas están desaconsejados por los médicos ya que pueden dañar la zona, irritando las células del recto. También pueden producir gran sequedad en la zona rectal, que puede provocar fisuras que propicien el contagio de ITF (Infecciones de Transmisión Sexual). Y si se usan con demasiada frecuencia pueden provocar estreñimiento, lo que a largo plazo dañaría los esfínteres anales.
En definitiva, con un pequeño lavado de unos centímetros sería suficiente. Ducharnos y aplicar un poco de agua con una perilla y poca presión en el ano bastaría para tener un sexo anal limpio, seguro y sin problemas a largo plazo.
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